En el entierro de un niño
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Al entrar al cementerio,
he notado un aroma de lirio;
no hay ninguno florido:
solo, al cerrarse una fosa,
atisbé la cabecita rubia
de un niño pequeñito.
¡Lirio blanco de inocencia,
he notado tu esencia
-subiendo al cielo,
solos nos dejas aquí en la tierra-
de flor arrancada y mustia,
de donde la abeja ha sorbido la miel!
Traducción Lluïsa Cotoner
Locutado por Manel Llanas