Un seísmo devastador



Los estragos de la catástrofe fueron inmensos. La dificultad para acceder al lugar de los hechos y el caos de los primeros momentos hicieron que la cuantificación y la descripción de los daños variasen según las fuentes. La magnitud de la tragedia fue difícil de valorar y muchos relatos de la época coinciden en la cifra aproximada de 800 personas fallecidas y una estimación de casi 1.500 heridos.
Quedaron destruidas unas 4.440 casas y se dañaron 13.000. El número de edificios derribados en cada núcleo de población dependió de la intensidad del seísmo pero también de las características constructivas y del lugar donde estaban asentadas las edificaciones.
Arenas del Rey (Granada) fue uno de los pueblos más afectados. En 25 segundos se desplomaron 350 edificios y quedaron sepultadas 320 personas de las cuales murieron 140.
En Alhama (Granada) cayó un millar de casas y el 20 de enero se habían extraído 330 cadáveres.
En Vélez-Málaga (Málaga) en 15 o 16 segundos, el pueblo quedó destruido. Se derribaron alrededor de 500 casas y las pocas que quedaron eran inhabitables.
Avecilla de las nieves
En pleno invierno;
la tierra, viuda de sol,
lloraba triste, abrigada
con un manto de nieve.
Una aguzanieves brillante
volaba sobre los cultivos;
todo era una losa de hielo
donde se le helaban las patas.
Pedía abrigo a los árboles,
pero estaban secos,
sus troncos eran de mármol,
sus brotes de cristal.
Traducción de Lourdes Sánchez Rodrigo